El piano a cuatro manos es una forma específica de tocar el piano: dos intérpretes tocan el mismo instrumento. Esto es exactamente lo que ocurre cuando Morgane Tschiember toca con John Armleder, Olivier Mosset o Douglas Gordon... Tocan en el mismo registro, el mismo acorde, el mismo vocabulario... Cuando estos pianistas tocan dos pianos diferentes, esto se llama dueto. Aquí, Made By 4 Hands significa jugar juntos en el mismo instrumento.
Durante varios años, Morgane ha creado obras de arte junto a Olivier, John o Douglas compartiendo talleres y estudios y exhibiendo juntos. Aunque los artistas utilizan diferentes medios, sus fuentes y sensibilidades son las mismas. Como dice Morgane Tschiember: 'El arte es solo un lenguaje, un diálogo... Me gusta hacer obras con mis amigos; el ego se deja de lado... Al final, no nos importa firmar una obra, lo más importante es que exista...'
Para la exposición Made By 4 Hands Morgane y John querían continuar la conversación que tuvo lugar en el restaurante 'Bagatelle' el año pasado; una conversación que dio origen a su último papel pintado inspirado en el recibo. Se imaginaron cuál habría sido el resultado si se hubieran quedado en este café. Morgane le había propuesto a John un cóctel o un agua con menta, y así comenzó a crear una serie de gradientes de granadinas. Siempre hay principios establecidos: este gradiente se extiende a lo largo de 4 m, pero si la habitación está más baja, el gradiente se detiene antes, creando una infinidad de principios y variaciones: una partitura musical.
'Lo que me interesa es la idea del tiempo, su percepción', afirma Morgane Tschiember. Las exposiciones de Tschiember suelen ser paseos en los que nos encontramos con ovnis, obras visuales no identificadas, y estas piezas suelen estar vinculadas a experiencias vividas o sensaciones por las que ha pasado. El cuchillo es una de sus herramientas: lo usa todos los días, no para comer, porque le gusta comer con palillos, sino para trabajar. Douglas Gordon y Morgane Tschiember usan los cuchillos como un espejo pulido que corta el tiempo, un reloj de sol o bucle de amor que nunca termina, una serpiente que muere por la cola... La otra cara del amor es la magia y sus rituales. Con Oliver Mosset, el artista propone al espectador no mirarse al espejo sino más allá de él, porque en toda la tradición de los espejos mágicos, si miramos más allá de nuestras imágenes, aparecen las apariencias...
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