“Eso. Eso es. Eso lo empezó. Eso es. Continúa. Se mueve. Más allá. Se convierte. Se convierte en eso y eso y eso. Va más allá de eso. Se convierte en otra cosa. Se convierte en más. Combina algo más con más para seguir convirtiéndose en otra cosa y en más. Va más allá de eso. Se convierte en algo además de otra cosa y más. Algo. Algo nuevo. Aún más nuevo. En el próximo ahora, se convierte en lo más nuevo que puede ser ahora. Se impone. Se muestra. Toca, es tocado. Atrapa material libre. Crece más y más. Se construye siendo más que sí mismo, gana peso, gana velocidad, gana más en su prisa, gana algo más, pasa algo más, que se toma, se asimila, cargado rápidamente con lo que comenzó primero, tan aleatoriamente. Eso es. Tan cambiado ahora que ha comenzado. Tan transformado. Ya hay una diferencia entre eso y eso, porque nada es lo que era. Ya hay tiempo entre eso y eso, aquí y allá, entonces y ahora. Ya el lapso de espacio entre eso y otra cosa, eso y más, eso y algo, algo nuevo, que ahora, en este ahora, ya ha sido, en el próximo ahora es y continúa. Se mueve. Llena. Ya es suficiente en sí mismo para que el interior difiera del exterior. Juega, se desplaza, se arremolina. Afuera. Y se condensa adentro. Gana núcleo y sustancia. Gana superficie, refracciones, pasajes, impedimentos, estímulos entre partes separadas, turbulencia libre. Da un giro, un giro completamente nuevo. Gira y se retuerce, es girado y retorcido. Y persigue una evolución. Busca una forma. Escanea su pasado. Giro tras giro toma un giro diferente. Es recogido para ser tratado de nuevo. Vuelta tras vuelta se reformula. Gana estructura en su incesante búsqueda de estructura. Variaciones internas alimentadas de materia externa. Cambia de carácter. Localiza necesidades, divide funciones existentes en nuevas, funciones para que pueda funcionar. Funciona para que algo más pueda funcionar y porque algo más funciona. En cada función una necesidad de nuevas funciones, nuevas variaciones.”

Fragmento traducido de “it” por Inger Christensen