Desde hace algún tiempo, Michael dejó de lado los medios con los que se sentía más cómodo para trabajar desde cero con nuevos materiales como cerámica, cartón, tierra, barro y espuma de poliuretano. El uso de tierra y sedimentos para sus pinturas murales sirve como ejercicio de estratificación y revela la exploración del tiempo por parte de Michael en términos geológicos. Estas pinturas, que en un principio se asemejaban a paisajes marcianos o a dioramas geológicos de los estratos de algún planeta diseñados por la NASA, funcionan tanto como un contexto físico en el que se sitúan las demás obras expuestas, como pinturas gestuales que hacen referencia al expresionismo abstracto.

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Situados en un espacio y un tiempo ambiguos, los objetos, artefactos y modelos de edificios y cuevas primitivos son las huellas de una cosmogonía creada por Theo Michael. Estos fósiles de una civilización desconocida, que podrían estar perdidos o no descubiertos, están repletos de mitopeyas, pero están ordenados metódicamente como si formaran parte de una investigación antropológica. Las figuras totémicas esféricas imaginan teologías ficticias como emblemas de la deificación de las criaturas primitivas. Además, las entidades amorfas representadas en las esculturas de cerámica y poliuretano son a la vez religiosas y cómicas y se apoyan en un péndulo para percibir el movimiento, como si se tratara de toscos sismógrafos.

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Michael apela a la coexistencia de lo sublime y lo ridículo en su serie de cascos y máscaras que se exhiben en el patio de la galería. Están hechas de materiales elementales como cartón, cinta adhesiva y una variedad de objetos encontrados y constituyen un ejercicio etnográfico. El ambiente efímero y lúdico de estas obras evoca las connotaciones de una actuación que podría o no haber tenido lugar.

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A diferencia de su anterior exposición en OMR, su nueva serie de obras ha sido el resultado de un proceso más espontáneo e intuitivo. Evitar la autocensura y analizar en exceso pasó a ser fundamental para el desarrollo de las obras. El enfrentamiento entre los dioses del caos y los dioses de la geometría permite explorar y coexistir entre el éxtasis y el pensamiento racional. La comprensión de Nietzsche de los impulsos artísticos, el reconocimiento del escepticismo del artista y el cuestionamiento del libre albedrío nos proporcionan una brújula para entender la muestra. La dialéctica de los reptiles contiene las contradicciones de los pensamientos y visiones de Theo Michael sobre un neoprimitivismo sofisticado.

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