Ryan Brown
Stare at the wall
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CURADA POR 
June 2, 2016
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July 9, 2016
July 9, 2016
OMR
OMR

En la exposición de Ryan Brown Stare at the Wall en OMR, el artista presenta nuevas obras que consideran los valores y actitudes contemporáneos sobre el concepto del logro humano como progresión histórica.

¿Con quién estás? , ¿dónde has estado?
La imaginación convierte los pensamientos, la razón no puede cambiar
Mirando a las paredes, creo que sé lo que veo

Black Coffee de Black Flag

Al entrar a la exposición se proporcionan varios puntos de entrada activando todo el espacio de la galería, mediante configuraciones verticales, horizontales y diagonales. Este arreglo lúdico transmite un estado de movimiento continuo: el artista participa activamente en la reintroducción de las formas e ideas percibidas, ya que el espectador está en condiciones de desempeñar un papel vital, tanto en la recepción como en la reinterpretación. En general, Brown busca presentar un entorno que retrase nuestros procesos cognitivos normativos que, a menudo, llegan a una conclusión más rápida de lo que se permite la reflexión.

Tres grandes enlaces cubrieron toda la galería, titulados 'Basic Practice' ,'Practice intermedia' y 'Advanced Practice', siguiendo una ascensión del suelo al techo. Motivado por el deseo del artista de desviar el enfoque del centro y dirigirlo hacia el espacio circundante. Estos objetos con apariencia fluida crean un ambiente de inquietud y mantienen una posición ambigua entre las categorías tradicionales de pintura y escultura.

Entre estos grandes objetos monumentales se incluye un proyecto comparativamente más pequeño pero igualmente amplio, 'Echo', un grupo de 500 pinturas auténticas en papel de periódico que oscilan entre la abstracción y la figuración que se presenta en la sala de exposición de la planta superior. Para esta serie, Brown ha elegido como motivo un símbolo icónico, la cara sonriente, como una versión actual de la larga tradición del retrato clásico. En lugar de intentar capturar una semejanza individual, estas pinturas revelan una inquietante sensación de similitud mecánica y repetitiva, tanto en apariencia como en metodología. El propio artista se reduce a un componente operativo dentro de un sistema de producción en masa que desafía las nociones fundamentales de originalidad y autenticidad: el volumen y la frágil materialidad del producto final plantean la pregunta: «¿qué hacer con él?» , lo que a su vez refleja una ansiedad palpable con respecto a nuestra relación con el arte contemporáneo en general.

Por último, los temas generales del movimiento y la indecisión lúdica se expresaron quizás de manera más poética, pero cínica, en las dos instalaciones escultóricas presentes; una titulada 'Viaje', que se asemeja a un columpio de patio de recreo que desciende del techo al suelo y más allá, y se extiende por el suelo. De la serie 'Leisure', se trata de un grupo de sillas de playa enormes que las de un tamaño real, que permanecen plegadas y colocadas junto a la pared. La función original de ambos diseños era ofrecer un escape pausado pero momentáneo de las limitaciones de nuestra existencia cotidiana, desde la adolescencia hasta la edad adulta. Con frecuencia se supone que el arte ofrece algo similar. Sin embargo, aquí nos enfrentamos a un estancamiento permanente entre los simples placeres del diseño utilitario y la falta de funcionalidad estética.

Johannes Itten, el enigmático místico de la Bauhaus, afirmó una vez: 'el juego se convierte en alegría, la alegría se convierte en trabajo, el trabajo se convierte en juego'. Brown parece haber interrumpido esta progresión lógica al suspender a los tres en un estado perpetuo de devenir.

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