La exposición aborda la tensión que surge cuando elementos aparentemente invisibles adquieren significados nuevos e inesperados. Cuando se consideran de nuevo, las cosas que damos por sentadas pueden transformar nuestra forma de ver la vida cotidiana. Desde las nubes de las pinturas de Ugo Rondinone, que parecen a la vez ingrávidas e independientes, lo misterioso se ramifica Ast-Ast (2016) de Alicja Kwade o el pájaro que aparece en Gabriel Rico ¿Can you smell maths? (2016), cuyo destino parece evidente pero sigue sin explicarse: nuestro entorno puede tener el mismo aspecto, pero existe la posibilidad de que el próximo movimiento altere para siempre nuestra visión. The Queen falls, el final parece estar cerca, ¿o tal movimiento anuncia un cambio de dirección?

The Queen Falls, el final parece cercano; ¿o se trata de un paso lateral que abre nuevos campos de posibilidades, exentos de cualquier patrón imperante? Sin embargo, las pistas están presentes; permanecen justo delante de nosotros. ¿En Aldea, aparece un fantasma a lo largo de la obra. El espectro puede ser visto por algunos, pero es invisible para la reina; habla con Hamlet, pero otros no pueden oírlo. El espectro es el único 'quién no lo es'; encarna el espacio 'negativo' que conecta a cada personaje de la obra.

Del mismo modo, esta exposición establece un marco narrativo vacío, un espacio 'negativo' que existe alrededor y entre las obras exhibidas. Aquí hay indicios que, cuando se consideran individualmente, parecen corresponder a una lógica ordinaria. Sin embargo, en su conjunto, tejen una red en la que cada regla reconocida se disuelve. Similar al espectro de Aldea, las obras parecen entrar y salir del espacio de la galería, y cada marco narrativo se formula a medida que el visitante pasa de una a otra.

‍