A través de sus obras, el artista hace una referencia constante a los elementos naturales. Cuando se reproducen impecablemente mediante procesos industriales, revelan y niegan estas alusiones reales. Las series son esculturas lineales hechas de segmentos de madera y bisagras de metal que pueden adoptar muchas configuraciones y posiciones en el espacio. Evocando la posibilidad de la fluidez de la materia, el artista crea uniones convertibles que incorporan la complicidad del espectador para poder modificarlas.

Otro componente clave de la obra de Lescher es la arquitectura, tanto en síntesis como en contexto. En un ejercicio de abstracción, se crearon tres instalaciones especialmente para la exposición. El artista adopta las situaciones espaciales para transformar las esquinas, las paredes y las puertas de la galería y convertirlas en esculturas de gran escala. Sus obras emergen sutilmente como gestos poéticos en el espacio, transmitiendo fuerza e inestabilidad, equilibrio y movimiento, tensión y silencio. La funcionalidad del objeto deja de existir, se neutraliza y las posibilidades de interpretación y significado encuentran un espacio multiplicado.