Como parte de su segunda exposición individual en OMR, titulada Ríe ahora, llora después Pia Camil presenta una selección de dibujos como su primera exposición autobiográfica.
Como escribe Gabriela Jauregui, autora y amiga de la artista, sobre esta obra: '¿Qué sucede cuando este espacio, un espacio de claridad de pensamiento, un espacio expresivo, que Vivian Gornick describe como un rectángulo reluciente, se abre tanto que se convierte en el mundo? Este es un proceso personal de pensar y nacer, más que un proceso puramente conceptual. Porosidad: hay riesgo, hay instinto y vulnerabilidad. Cajas de placer. Y dolor.'
1. Autobiografía del dibujo dibujado
“La clara y terca concentración de [la] artista en el sujeto. La veo. Y pienso: es la concentración lo que otorga intensidad a la obra. El espacio que hay en mi interior aumenta de tamaño. Ese rectángulo de luz y de aire que hay en mi interior, donde el pensamiento se esclarece, el lenguaje brota y la respuesta se vuelve inteligente, ese famoso espacio rodeado de soledad, ansiedad y autocompasión se abre de par en par…” ¿Qué sucede cuando este espacio, un espacio de claridad de pensamiento, un espacio expresivo, que Vivian Gornick describiría como un rectángulo resplandeciente, se abre hasta derramarse hacia el mundo? Este es un proceso personal de pensamiento y de alumbramiento, más que un ejercicio conceptual. Porosidad: hay riesgo, hay entraña y vulnerabilidad. Cajas de placer. Y de dolor.
2. Luz
La liberación de una madre: un rectángulo resplandeciente de luz y color. Clases de pintura. Hace. La niña mira. Sabe. El padre se va. La madre nunca volverá a pintar. Dibuja un límite. Pinta una raya. Traza el mapa de una vida. Enmarca.
3. Música
La niña debajo del piano. Su padre toca Bach. El placer de la tarde. Compra de fin de semana: viniles de música clásica. El padre elige con pasión. La niña en el sofá, esperando. El olor a humedad de la sala Margolín, ahora OMR: un espacio dentro de un espacio, una caja de memoria contenida dentro de otra caja. Placer y ocio. Palabras escondidas en las palabras, emociones dentro de las emociones. El tiempo pasa, el ritmo se queda. (Con) mover.
4. Serpiente
La muerte toca a la puerta. Nunca se la espera. Una niña es una mujer cuya mente no puede protegerla de sentir. La muerte se acerca. La muerte de un padre dejaría a una niña huérfana incluso cuando ella ya se ha convertido en madre. Y así, la mujer que un día fue niña que es una madre ahora regresa a la primera cosa que una niña hace, incluso antes de hablar: dibujar. Rectángulos que se abren y se cierran. Brillan y opacan. Recuerda que hay dolor detrás de esta pintura: una prueba arqueológica de Rorschach. Capas sobre capas de sentido. Cajas dentro de cajas.
5. Duelo
Las emociones pelean. El papel refleja. Luto luego. Expresar este dolor a través de la pintura abre un espacio común. Compartimos sedimentos, residuos, rectángulos incandescentes. Borrarse. Dar luz // Tomar vuelo.
6. Resistencia
“La corteza gris de los muertos recientes está suelta y partida, pálidos encajes de helecho se adhieren en manojos, como el cabello enredado de un bebé. Sensibles y perseverantes, se aferran y consuelan a la muerte. Debajo de los encajes de helecho, la corteza está moteada con moho verde, alimentándose amorosamente. Mis pensamientos se disuelven en el gris y el verde, viajando de la vida a la muerte y de la muerte a la vida”. Aferrarse, atarse, perseverar. Cómo la vida es extraída de la muerte. Alimentándose amorosamente, escribe Mary Gaitskill. Consolar. Una niña que es una mujer, que una vez fue una bebé, enferma, dentro de una incubadora. Aislada. El padre dejó una nota cerca de sus piecitos: Resiste. La línea entre la vida y la muerte es siempre tenue, un cruce. El tiempo pasa, su color es la manera en que reímos, en que lloramos. Ahora haz un dibujo. Sostenlo. Y luego suelta.
Gabriela Jauregui
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